En la antigua ciudadela francesa de Sarlat se esconde uno de los gabinetes de curiosidades más misteriosos y terroríficos de Europa. Su pesadillesca colección de maravillas descansa en una mazmorra en la que el tiempo se congeló, allá por del siglo XVII.
Un lugar oculto (a la vista de todos)
La Mansión Gisson (Manoir de Gisson en su original francés), está formada por dos edificios (uno del siglo XIII), conectados a través de una inusual escalera de forma hexagonal. La familia Gisson, antaño propietarios del lugar, estuvo formada por cónsules, notarios reales, caballeros de la orden de San Luis o Capitanes de los Dragones, asi que nos encontramos en una antigua morada llena de nobleza decadente.
El recorrido de la Mansión Gisson no es solo físico, sino también psicológico. A medida que el visitante atraviesa las estancias, tiene la impresión de que los siniestros habitantes del caserío van a cobrar vida en cualquier momento:
La mansión está llena de arte y objetos curiosos. Sin duda, lo que destaca del recorrido por las diferentes habitaciones, es la extensa colección de utilería doméstica perfectamente conservada. A diferencia de otros lugares parecidos, el Manoir de Gisson da la impresion de haber sido abandonado de repente, permitiéndonos acceder a un tiempo suspendido en el que todo ha quedado tal y como estaba hace siglos.
Cuando creemos que ya lo hemos visto todo llegamos al sótano de la mansión. El ambiente se vuelve oscuro, inesperadamente tétrico, y de pronto nos damos cuenta de que las reglas del juego han cambiado. Esta no es la típica visita dominguera ni un a atracción de pueblo más.
Recorrido por el gabinete de curiosidades
Al llegar es dificil saber si se trata de una antigua bodega o de una puerta al infierno. En la colección de maravillas del sótano encontraremos objetos traídos por navegadores y exploradores de los siglos XVI y XVII, tales como muñecos malditos, sirenas, quimeras, huesos prehistóricos, criaturas del abismo, cristales adivinatorios o un cubo satánico.
Como decían en las viejas ferias: Pasen. Pasen y vean…
Como en todo buen gabinete de curiosidades, los objetos se mezclan de forma aparentemente caótica. Pero nada más lejos de la verdad: el Manoir de Gisson es un alarde de buen hacer museístico. Al pasar de una habitación a otra, las luces se van encendiendo y apagando para crear un ambiente de intimidad y sorpresa, mientras una banda sonora de cualidades primigenias sumerge nuestras mentes en la fantasía de lo desconocido.
La colección representa fielmente los cuatro rincones del mundo antiguo, y destila un gusto ecléctico por lo místico, lo legendario y lo asombroso:
En la siguiente imagen se puede ver una improbable quimera, enfrentandose al desafío de la geometría imposible:
En el gabinete se pueden ver varias cabezas jíbaras de apenas unos quince centimetros de altura. A diferencia de la quimera o la sirena, estas son muy reales.
Un muñeco discreto pero mortal. La siguiente estatuilla africana del siglo XVII está embrujada por la hechicería practicada durante una misa negra. El cartel nos lo advierte: puede provocar dolor de cabeza, enfermedades, crisis cardiacas y suicidio.
Habitación tras habitación, los objetos se cuentan a cientos. La colección de «Naturalia» es extensa: las criaturas abismales y prehistóricas se mezclan con los vestigios de antiguas civilizaciones o los recuerdos de ritos ancestrales.
A continuación, una de las máscaras de los célebres «médicos pico» que, durante la epidemia de la peste negra, intentaron luchar contra el terror con una ciencia llena de supersticiones e incertidumbre:
En este gabinete cada detalle importa y en cada rincón se esconde una sorpresa. Un ejemplo de ello es este «cubo satánico», un misterioso objeto del que ni tan siquiera wikipedia sabe demasiado, y que se compone seis cuadros llamados «multi-mágicos».
Estos objetos son solo una muestra de la completa colección que se hospeda en la mazmorra del Manoir de Gisson. Este es lugar es inspirador, fascinante y atipico, que vale sin duda una parada para cualquier viajero en busca de inspiración y misterio.
¿Cómo llegar?
El Manoir de Gisson se encuentra en el casco historico de la ciudad de Sarlat, en pleno Périgord Noir. Suele cerrar a finales de diciembre para reabrir sus puertas en primavera.
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