Organizar el proceso de escritura de una novela de terror, cargada de tensión sostenida e intrigas absorventes, puede ser un desafío complejo.
Plots o escaletas, toma de notas, análisis de otras obras… Existen un buen número de recursos en los que apoyarte para mejorar tu aprendizaje y organizar con mayor facilidad la escritura. Hoy te enseñaré los que utilizo y los que mejor me han funcionado.

Noches de Laboratorio
Cuanto más sencillo es un mecanismo, menor es la probabilidad de que falle.
Escribir una novela es, de media, una cuestión de meses, por lo que quedarse atascado a mitad de camino solo genera frustración y malestar. Todos los escritores que conozco han pasado por ese punto en sus primeros pasos en el oficio. Y la cosa se complica cuando, habiendo ya firmado uno o más libros, aparece uno que, bien por ser demasiado ambicioso o por no estar bien desarrollado, acaba muerto de risa en un cajón.
Organizar correctamente el proceso de escritura suele ser la diferencia entre la vida y la muerte de una novela. Un primer manuscrito terminado puede precisar de mucha revisión y mejora, pero nunca llegará a ser una novela si no está terminado y se tira la toalla a mitad de camino.
Pero pasemos a lo práctico:
Las fases del proceso de escritura
En este artículo utilizaremos el supuesto de una novela, por ser la obra de ficción que más organización precisa en su escritura, pero todo lo expuesto puede aplicarse a su vez en un cuento, un guión o cualquier otra forma narrativa similar.
Por lo general, una novela surge de dos tipos de semilla:
- Una idea simple, más o menos detallada pero poco desarrollada.
- Un cuento ya escrito o en fase de escritura que, a ojos del autor, precisa de mayor extensión y desarrolllo.
Mi primera novela, por ejemplo, fue un cuento que se alargó. Si tu caso es parecido, puedes pasar a organizar tu proceso de escritura a partir del punto 3 de este artículo.
Dicho esto, empecemos:
1) Apunta la idea
Todos tenemos ideas. Vienen solas a la mente en el momento menos esperado y suelen presentarse como conceptos generales y pocos desarrollados.
Así que el primer paso es evidente, aunque todavía mucha gente tiende a saltárselo:
Apunta tus ideas o, en caso contrario, el tiempo las difuminará y desaparecerán de tu mente.
Desarrolla un cuaderno de notas en en el que expresar libremente esas ideas tal y como aparezcan en tu mente, sin preguntarte cómo desarrollarlas y sin entrar en valoraciones sobre el nivel de dificultad del desarrollo o la extensión del texto en el que pretenden convertirse.
Simplemente deja reflejado en tu cuaderno el concepto, a modo de recordatorio y no te fuerces a ir más allá en este punto.
En mi opinión, en muchos ocasiones lo más importante no es la idea en sí, sino cómo esta se desarrolla en la mente durante los días siguientes a su llegada, en su maduración. Si pretendes escribir cuentos largos o novelas, antes de comprometerte con una idea vale la pena dejarla reposar unos días y jugar con sus posibilidades mentalmente. Deja que la idea madure, toma pequeñas notas extra y valora si vale la pena dedicarle mayor tiempo y esfuerzo.
Si pasado un tiempo prudencial, la idea te sigue pareciendo buena o incluso excelente, es que llega el momento de ir más allá.
2) Escribe unas páginas de prueba
Si tu proyecto de novela parte de un cuento que ya está en proceso, significa que ya te encuentras en este punto. Y si tienes solo un pequeño grupo de notas que reflejan tu idea, este es el siguiente paso que puedes seguir.
A estas alturas todavía falta mucha organización para que tu proceso de escritura transforme tu idea en una novela de terror, por lo que pensar en ponerse a escribir ya, puede parecer insensato.
Un método poco convencional
Sin embargo, lanzarte a escribir unas páginas o alguna escena concreta (y no necesariamente el inicio de la novela), te aportará algunas informaciones muy interesantes:
- Averiguarás hasta qué punto necesitas documentación.
- Sabrás si intuyes naturalmente los personajes o el ambiente en el que la historia sucede.
- Entenderás qué partes del argumento desarrollas con facilidad y cuáles será necesario diseñar.
- Comprobarás si tu flujo de escritura es convincente o si el resultado es forzado o maniqueo.
- En resumidas cuentas, someterás tu idea a test.
Si escribes un relato corto lo más probable es que no necesites demasiada preparación previa, quizá algo de documentación para recear un contexto histórico concreto o algo así pero, en general, es probable que ya sepas como resolver la narración, o que lo improvises sobre la marcha. Pero si se trata de un relato más largo…
Escribir unas páginas de prueba puede te ayudará a precisar las carencias de tu idea y a averiguar todo lo que todavía no sabes de tu novela.
Pongamos, por ejemplo, que tu personaje principal sufre su aventura en vacaciones: gracias a las páginas de prueba podrás averiguar hasta que punto es necesario hablar del trayecto que le ha llevado hasta el lugar de la trama, o de la relevancia del motivo que le ha llevado a viajar. Empezarás a tener una visión global y mejor detallada del proyecto sin tener que trabajar todavía en el groso del argumento o los personajes.
En definitiva, pondrás tu mente en marcha y le darás una motivación y un impulso.
Tu intuición te irá mandando mensajes durante el ejercicio, así que toma notas y apunta tus impresiones. Si pasado este ejercicio sientes que la historia tiene interés y posibilidades de convertirse en algo mayor, no dudes en pasar al siguiente nivel.
3) Escribe un plot, una escaleta o… ¿un mapa mental?
El concepto de plot o escaleta es extremadamente simple: es una lista en la que enumeras en orden cronológico los principales puntos del desarrollo del texto, de forma más o menos detallada. Es el método clásico para organizar la escritura de una novela.

Toma el tiempo que necesites para redactar el plot y detállalo a tu gusto: Puedes hacerlo en forma de lista o de cuadrícula; separar las seccions por capGtulos o por unidades de tu tiempo. Incluir mucha información o la solo la mínima… Eso depende de ti y no existe mejor fórmula que «haz lo que funciona».
Y no te fuerces a completarlo en una sola sesión si necesitar darle vueltas a algunos puntos, no hay prisa. Es el momento de configurar el argumento y los personajes principales; de determinar el incio, el nudo y el desenlace de tu historia, de crear una arquitectura sólida para tu historia; así que tómalo con calma y disfruta del proceso.
El plot o escaleta no es un dogma al que aferrarse a cualquier precio. Al contrario, es un salvavidas que te permitirá sumergirte en el proceso de escritura con libertad, sin miedo a que tu historia pierda coherencia o caiga en contradicciones mayores.
En este punto del proceso de escritura, llega el momento de:
- Tomar notas sobre personajes y lugares concretos.
- Documentarte y permitir que lo aprendido beneficie al plan global que estás creando.
- Experimentar con diferentes posibilidades de desarrollo o con diferentes desenlaces para tu historia. «¿Y si…?» es, con probabilidad, la mejor pregunta que puedes hacerte en este momento.
- Ordenar tu historia y lo que sucederá (a priori) en sus segmentos y capítulos.
La toma de notas es un arte
Sin embargo, en ocasiones una simple lista de la compra no es suficiente. Si tu novela es rica en subtramas o si su intriga precisa el funcionamiento de un reloj suizo, quizás necesites algo más. Por ejemplo, una técnica más sofisticada de toma de notas.
La toma de notas es la habilidad de poner en marcha los mecanismos de pensamiento y aprendizaje correctos para conseguir tu objetivo (aprobar un examen o escribir una novela, por ejemplo).

Una forma de toma de notas adecuada te ayudará a saber localizar los puntos débiles de tu relato, a reconocer sus pilares fundamentales y a ver cómo unas situaciones dadas llevan a los personajes a vivir otras situaciones nuevas. Gracias a las notas y la escaleta crearás un camino, un trazado que te evitará caer en callejones sin salida y al que podrás acudir cuando te sientas perdido entre los párrafos y los capítulos.
Si las cosas se complican al desarrollar tu historia, una buena opción es aprender a hacer mapas mentales eficientes.
4) Empieza la redacción
Por fin, ahora, sí, llega el momento de ponerse a escribir la novela. La escaleta o plot te ha ayudado a averiguar lo que quieres. A partir de este momento, la organización cambia y es el momento de escribir el primer borrador.
Si hasta este punto te he recomendado tomarte el tiempo necesario y dejar reposar las ideas, durante el proceso de redacción te recomendaré escribir todos los días y dedicarle el mayor número de horas posibles.
Para redactar una novela la disciplina es necesaria; pero todavía es más deseable un sano amor por la rutina.
Una rutina es un proceso que repites día día. Y al organizar la escritura, tú eres el diseñador del proceso. Para llevar tu novela a buen puerto…
No necesitas diseñar la rutina que te gustaría tener, sino la que sabes que va a funcionar.
El número de horas que dediques a escribir variará según tu disponibilidad pero, a ser posible, te recomiendo que al menos escribas dos horas seguidas al día, lo que facilitará un estado de pensamiento y concentración profundo.
Es esencial que puedas entrar en ese tipo de estado y, para ello, al empezar tu sesión de escritura siempre es beneficiosos repasar lo escrito el día anterior. Te pondrá en ambiente y hará que tu narrador interior se active y le pida a tus manos escribir y seguir adelante.
Si te encuentras en el primer día de escritura de tu novela, déjate llevar. No te preocupes por la ortografía o la calidad y permítete descubrir por el camino las primeras mil o dos mil palabras de tu libro, al igual que hiciste en las páginas de prueba.
O mejor todavía:
Empieza tu novela por el capítulo 2
Así es como suelo hacerlo y por eso te lo aconsejo. El principio de una novela debe ser potente y adecuado. Si, al igual que a mí, te gusta construir textos coherentes en los que el lector, al mirar atrás, puede encontrar guiños ocultos, dejar el primer capítulo para más tarde puede ser una buena opción. De hecho creo que tiene dos beneficios:
- Te permite entrar directamente en el desarrollo de la historia, en su parte caliente.
- Te permite reducir el estrés y la presión de enfrentarte al vacío de la página en blanco al no perder tiempo en buscar el primer párrafo perfecto.
La realidad del proceso de escritura
Una vez has terminado el primer (o segundo) capítulo de tu novela no queda mucho secreto por descubrir sobre el proceso de escritura. Ya estás metido hasta el cuello y la unica forma de salir victorioso es seguir adelante.
Al final, escribir el primer borrador de una novela, al contrario que corregir su ortografía, no es en sí un proceso técnico, sino que se trata de algo más relacionado con la voluntad y con la disciplina; con las ganas y la imaginación.
Aunque los problemas llegarán, no lo dudes. Y eso, al contrario de lo que pueda parecer, suele ser beneficioso para el éxito de tu proyecto.
Un ejemplo personal
Mientras escribía mi primera novela, pasé verdadero terror cuando, al llegar a mitad de la redacción tras tres meses de trabajo, entendí que a mi «desenlace perfecto» le faltaba algo.
Tenía una idea clara del final de la historia pero, a medida que la esta crecía y se definía con nitidez capítulo a capítulo, aquel proyecto de desenlace me parecío decepcionante para el lector.
Y aquello me bloqueó.
Tardé dos semanas en encontrar el final perfecto y, en algún punto, simplemente creí que no llegaría a conseguirlo. Pero lo logré. Conseguí un final del que todavía hoy me siento orgulloso y que culminó una historia marcada por una solidez absoluta. Conseguí terminar el primer manuscrito de una novela que, a nivel argumental, iba más allá de mi ambición inicial.
Deja que el proceso de escritura te controle
Ocúpate de la rutina y escribe día a día sin dejarte vencer. Si te saturas o si te atascas en algún punto, descansa, pero no te des por vencido.
Vuelve al cuaderno de notas y trabaja sobre diferentes hipótesis de desarrollo; mira el trecho recorrido y considera si algún pequeño giro de timón puede mejorar la narración. Y no te desanimes si tienes que volver a escribir un capítulo o dos ya que, por lo general, en el proceso aplicarás mejoras que te sorprenderán por su calidad e innovación respecto a tu plan original.
Si dejas que el proceso de escritura te controle, si le das el tiempo que te pide y si facilitas estados de concentración profundos y prolongados, te encontrarás con un manuscrito mejor al que habías planeado en un principio.
Sin embargo, la aventura solo acaba de empezar y, en el capítulo final de esta serie, hablaremos que lo que te esperará una vez que hayas terminado tu prmer manuscrito.